Con líneas netas se configura una fachada que tanto muestra, a través de ventanales amplios, como esconde, reservando áreas para la intimidad familiar. Planos opacos y traslúcidos se enriquecen con otros texturados por las piedras de su revestimiento y, tanto la cochera del frente como la galería posterior, se expresan con lenguaje propio, integrándose sin ceder protagonismo.
Desde el acceso principal la vista se deja atraer por la escalera de peldaños de hormigón en voladizo, sello de Fredi Llosa, que iluminada con LED desde un lecho de piedras es, junto al muro ocre central que divide la casa funcionalmente, el corazón del proyecto.
“El partido funcional es tradicional, con los ambientes privados en la planta alta y los sociales y familiares en  la baja –dice Fredi Llosa–. Pero allí se queda lo formal, porque el resto del proyecto se pensó desde el arte de la vida. Las mejores visuales, los espacios flexibles, el disfrute diario del verde en el contrafrente y del puerto del lago en su frente, fueron las búsquedas que derivaron en este proyecto hecho para gente decidida a gozar de su casa. Nos sentimos muy a gusto proyectando y construyendo lo que hoy es un lugar de disfrute para una familia cercana a la arquitectura.”
Se instalaron elementos deconfort como piso radiante, splits, aberturas de alta prestación con doble vidriado hermético, y la materialización privilegió todo lo que aseguraba el
mejor rendimiento con el menor mantenimiento.