Sobre un gran terreno que abre su contrafrente al lago de la urbanización, la casa, de líneas contemporáneas, se extiende apaisada. El diseño de la fachada se compone de una sucesión de planos de mampostería combinados con madera, gran participación de vidrio y un elemento fundamental cuando llega la noche: el proyecto lumínico, pensado para resaltar formas y texturas, para dar profundidad a los volúmenes, rescatar de las sombras los macizos vegetales estratégicamente ubicados, y permitir que los ambientes interiores se revelen por efecto de la luz.
Esta sensación de materialidad que aporta la luz es aún más fuerte en el contrafrente donde, desde lo alto de la gran cinta de mampostería que enmarca el gran volumen de la casa, conteniéndolo, las luces empotradas sugieren un cielo privado que se refleja en el agua de la pileta, ubicada muy próxima a la galería, copiando la figura apaisada de la casa.
El interior es una caja arquitectónica blanca con toques de color a cargo de la decoración. Ambientes integrados, muy amplios, muy relacionados con el exterior, confortablemente climatizados con equipos de aire acondicionado y calefacción centrales.
Carpinterías blancas con doble vidriado hermético, pisos de porcelanato, cielorrasos de yesería con mucho movimiento y luminarias empotradas en ellos, valorizan puntualmente cada sector.
Los baños de autor fueron diseñados con revestimientos, sanitarios y griferías de última generación.
La cocina comedor diario se abre integrada al estar y, puertas vidriadas mediante, a la galería y al jardín posterior, conformando un ambiente que desde lo visual no tiene límites.