Los detalles portugueses de su estética componen una fachada armónica, con un gran volumen de piedra en la caja de la escalera. Cubierta de tejas rojas, fuertes molduras coronando los muros revestidos con cementicio en tono pastel, y porche semicubierto generando el balcón de la planta alta con baranda de forja de hierro.
La doble puerta principal, de madera maciza, abre al hall distribuidor e inmediatamente al gran salón social, que ubica en sus extremos el comedor y el estar, todo orientado al jardín posterior y la gran galería.
El contrafrente se proyectó para ofrecer un amplio y jerarquizado espacio de disfrute al aire libre. Una escalera situada lateralmente comunica el jardín con los dormitorios de la planta alta a través de la terraza. La piscina con desborde infinito, fuente de agua y solarium, se centra en el verde, recibiendo el mejor asoleamiento. En la amplia galería compartimentada, la zona de la parrilla y el bar repiten el revestimiento de piedra de la fachada principal.
La cocina, con isla central, comedor diario y family room, es el corazón familiar de la casa. Blanca, muy cálida y cómoda, es uno de los ambientes donde la familia adora estar.
Además de las suites, todas con baño privado y vestidor, en la planta alta se instaló un atelier de pintura para la dueña de casa, artista plástica.
Se instalaron carpinterías de alta prestación, de PVC símil madera con DVH. La calefacción es por piso radiante. Se utilizaron materiales de primera calidad, garantizando el sencillo mantenimiento de toda la casa.