La fachada como representante del contenido.
Del latín facies –rostro, cara, faz- fachada representa la idea de lo que preparamos para mostrar: ¡Qué facha!, decimos admirativamente cuando alguien se presenta más elegante de lo habitual pero también, en este caso con entonación peyorativa, cuando esa “facha” deja mucho que desear.
La fachada es la cara visible a través de la que toda obra se expresa. Es la epidermis que envuelve el contenido: la facha, dicho admirativa o peyorativamente según sea el caso. Y su función básica es la de hacer público el mensaje interior, el contenido y el destino de uso del edificio.
Hasta hace un siglo la expresión de la arquitectura a través de las fachadas mostraba muros escasamente horadados que tenían además la función de soportar la carga de las cubiertas. La elaboración de los muros se limitaba a los escasos recursos tecnológicos disponibles. Con la aparición de los contrafuertes y los arcos ojivales del arte gótico, los muros pierden parcialmente su función portante propiciando la aparición de los vitrales y de una arquitectura más luminosa.
El desarrollo de las tecnologías del acero, el hormigón y el vidrio plano, a partir del siglo XIX generaron una verdadera revolución en las posibilidades de la arquitectura, impulsando el desarrollo del movimiento moderno y un lenguaje completamente nuevo.
Las cubiertas dejaron de descargar sobre los muros, se ejecutaron adintelamientos casi sin límites y poco después, con el desarrollo de la tecnología del aluminio y los vidrios especiales, una variedad de soluciones “transparentes” se agregaron para diseñar fachadas realmente diferentes.
Las fachadas son además, la piel protectora interpuesta entre el interior y el exterior, de modo que deben responder eficientemente a las solicitaciones climáticas. Inercia térmica, estanqueidad y control del asoleamiento son temas presentes en el proceso de diseño de la fachada.
Esa piel refleja el programa, las decisiones que nos llevarán a una estética introvertida o extrovertida, la relación con el entorno, la propuesta tecnológica de la obra y los simbolismos, si los hubiere.
Si lo que aparece expresado como fachada es “lo que quedó” en lugar de lo que quisimos; si los muros y los aventanamientos no responden eficientemente a las solicitaciones climáticas y si no cumple su destino aislante, la fachada no ha sido lograda.
En el diseño de las fachadas es tal vez donde es necesario tomar en consideración el mayor número de decisiones de todo el proyecto. En los proyectos de cubierta plana, el diseño de la terraza aparecerá en la fachada, como también se verá influida en los proyectos de cubiertas inclinadas. Los tanques de agua, los equipos de climatización, las ventilaciones y otras muestras exteriores de la funcionalidad y del confort interior, aparecerán en las fachadas y deberán ser tratados con dignidad.
Los paños vidriados
Por Nanda Machado
Nunca fue tan importante el porcentaje ocupado por vidrios en una fachada como lo es ahora en los proyectos de las casas modernas. Es verdad que los paisajes verdes que rodean a muchas de estas casas, algunas incluyendo el invalorable ingrediente agua, son suficiente justificativo como para que los proyectos prevean paños vidriados más grandes, ya sea enteros o unidos mediante estéticos perfiles. Pero lo cierto es que los arquitectos ahora proyectan semejantes aberturas porque pueden, lo que antes no ocurría. Las actuales tecnologías aplicadas al vidrio y a ciertos productos como el doble vidriado hermético (DVH) permiten la composición de fachadas casi virtuales, obteniéndose envolventes que parecen un desafío a la tectonicidad, que relacionan los espacios interiores y exteriores en un chek to chek nunca antes posible. Independientemente de la moda que pide este tipo de diseños, está la posibilidad, la factibilidad de hacerlos sin atentar contra la calidad del espacio interior. Es decir, que gracias a los nuevos vidrios y componentes, hacer una pared de vidrio o hacerla de ladrillos es una decisión de proyecto que no compromete el confort interior ni la seguridad. Técnicamente el DVH es una unidad compuesta por dos vidrios Float separados entre sí por una cámara de aire sellada que le confiriere capacidad de aislante térmico, impidiendo el paso de la humedad y el vapor de agua y brindando las siguientes ventajas:
-Aumenta en más del 100% elo aislamiento térmico del vidriado
-Mejora el aislamiento acústico
-Disminuye hasta un 70% las pérdidas de calor a través del vidrio, ahorrando energía de climatización
-Elimina la condensación de humedad sobre el vidrio evitando que se empañe
-Anula el efecto de “muro frío” aumentando el confort junto a la ventana
-Brinda control solar disminuyendo el resplandor de la excesiva luminosidad.
Cuando un DVH colocado en posición vertical es susceptible de impacto humano, por ejemplo en una puerta ventana, debe estar compuesto por vidrios de seguridad templados o laminados. Cuando se instala inclinado con un ángulo mayor de 15° respecto de la vertical, por ejemplo un techo vidriado, siempre debe emplearse en la cara del DVH que mira hacia el interior de un ambiente, vidrio laminado con polivinil butiral (PVB) de 0.76 mm. Si se desea obtener seguridad contra robo o ingreso forzado a una propiedad a través de los vidrios de las ventanas, el DVH debe estar manufacturado con uno o ambos paños de vidrio laminado con PVB de un espesor mayor a 0.76 mm.